Seguramente te parezca extraño que una nutricionista esté escribiendo un artículo como este. Quizás, al comienzo de mi carrera profesional no lo hubiera escrito. Pero la experiencia me ha dado los suficientes conocimientos para poder hacerlo. 

Existe una amplia variedad de dietas: la dieta de la alcachofa, la dieta para eliminar celulitis, la dieta detox, la dieta de Atkins, la dieta basada en batidos proteicos y suplementos, etc. Todas ellas prometen la pérdida de peso de manera rápida y en poco tiempo. Seguro que has oído hablar de muchas más y puede que tú mismo las hayas seguido para perder peso o conoces a alguien que lo ha hecho. Te has esforzado mucho en seguirla con una errática fuerza de voluntad, pero en un momento dado la has abandonado y, al tiempo has aumentado incluso más del peso perdido. ¿Te has sentido culpable por ello? ¿sentiste frustración? No te preocupes, no fue tu culpa. La mayoría de personas que hacen dieta no pueden sostener las restricciones alimentarias por un largo tiempo.

¿Por qué no son sostenibles en el tiempo? Porque son planes nutricionales muy restrictivos y, suelen excluir grupos de alimentos como hidratos de carbono, alimentos ricos en grasas, etc. que confieren saciedad. También son muy bajos en calorías, lo que hace que pases hambre. No tienen en cuenta tus gustos, tu estilo de vida y actividad física. Además, una alimentación tan restrictiva te priva del placer sensorial, por lo que se produce menos serotonina (sustancia relacionada con la sensación de felicidad). Se crea una relación insana con la comida, aparecen miedos y sentimiento de culpabilidad por las elecciones de ciertos alimentos catalogados como “no saludables”, no se disfruta de las comidas sociables o de comer fuera de casa y, el foco de atención y la energía mental se centran mayoritariamente en las ingestas y no muy poco en otras actividades que te hagan feliz. También comienzan a desajustarse las señales de hambre y saciedad, desconectas contigo mismo y con el hecho de escuchar qué es lo que realmente te apetece. Disminuyen los niveles de energía y aumenta el estrés por querer controlar todo lo que comes y hacerlo “perfecto”. ¿Te parecen pocas razones para dejar de seguir este tipo de dietas?

Tengo muchos pacientes que llevan toda su vida a dieta y además las han probado todas, pero sienten frustración porque ninguna les funciona y aparece el llamado efecto rebote, por lo que inician de nuevo otra dieta, y así constantemente. Acuden a la consulta con miedo y desánimo. 

 

El efecto rebote. Consiste en baja en calorías. Se da principalmente por tres razones:

  • Pérdida de masa muscular el posterior aumento de peso, sobre todo de masa grasa, después de realizar una dieta de choque o muy. Cuando seguimos estas dietas, se pierde grasa acumulada pero también una parte importante de líquidos y de masa muscular. Cuando se pierde la musculatura también disminuye el metabolismo basal por lo que nuestro organismo gasta menos energía. Al dejar la dieta, como no nos han inculcado hábitos, volvemos a comer como lo hacíamos antes, pero consumimos menos energía así que se acumula grasa más rápido.
  • Disminución de hormonas tiroideas. Como estamos ingiriendo muy pocas calorías mediante la alimentación, nuestro organismo se adapta a la nueva situación poniendo en marcha el “modo ahorro de energía”, es decir, aprovecha al máximo las calorías que se ingieren. Esto produce una disminución de las hormonas tiroideas y desajusta el sistema hormonal.
  • Exceso de ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono y grasas después de hacer las dietas. Estos nutrientes son los que más se suprimen durante las dietas por lo que, se intenta suplir las carencias y deseos hacia ellos comiéndolos de manera excesiva. La restricción genera más deseo. 

 

No te dejes llevar por las modas, ni por las dietas que ha seguido una persona famosa. Te animo a encontrar una alimentación sana, que te guste y la disfrutes. Sobre todo, que te permita tener una buena relación con la comida. Si no sabes cómo, busca a un profesional de la nutrición que te enseñe y con el que adquieras hábitos que perduren en el tiempo.