
Me gustaría comenzar este artículo explicando cual es mi idea completa de salud. Desde mi punto de
vista, para gozar del bienestar total tenemos que tener en cuenta aspectos como la práctica de la
actividad física, el manejo del estrés y la ansiedad, la alimentación y los autocuidados. Todas ellos se
retroalimentan e interactúan entre sí creando un estilo de vida saludable.
Es importante tener acceso y llevar una alimentación equilibrada, variada, completa, segura,
personalizada y con energía suficiente. Esto significa que debe de aportar todos los nutrientes
esenciales que nuestro organismo necesita para su correcto funcionamiento: grasas saludables, hidratos
de carbono (en su versión integral), proteínas, vitaminas y minerales. Cuantos más grupos de alimentos
se consuman, más variedad de nutrientes se obtienen. Además, no debe de tener ningún riesgo para la
salud y tiene que estar libre de tóxicos. No debería de ser muy restrictiva en calorías ya que tiene que
proporcionar la energía suficiente para afrontar las actividades diarias. Por último, debe de ser
personalizada, adaptada a las preferencias, gustos, costumbres e ideología de cada persona.
El consumo de nutrientes específicos como las grasas saludables, vitaminas y antioxidantes se
relaciona con la salud neuronal y protege al organismo de procesos inflamatorios asociados con
alteraciones como las demencias, el deterioro cognitivo o la depresión. También ayuda a mantener la
salud cardiaca y la flora intestinal.
Una alimentación saludable se debe de dar dentro de un contexto de flexibilidad proporcionando a tu
cuerpo los nutrientes que necesita poniendo el foco en la salud y en el disfrute, no en la restricción.
No debemos de olvidar que la adquisición de los buenos hábitos se debe de hacer desde el
autocuidado, es decir, desde la idea de querer nutrir nuestro organismo con alimentos saludables porque
así́ lo elegimos. Y que llegue el momento en el que esa elección ocurra de manera inconsciente.
Algunos tardan más, otros menos, pero con el tiempo se consigue. No se debe hacer desde el castigo,
la obligación o la exigencia.
La práctica diaria de actividad física es esencial para estar sanos. Lo ideal es combinar deportes de
fuerza y aeróbicos con actividades que te permitan desconectar, relajarte y conectar contigo mismo
(meditación, yoga, etc.). Trabaja tu resistencia, elasticidad y fuerza. El mantenimiento de la masa
muscular se relaciona con la prevención de futuras enfermedades y con la salud ósea. Para ello también
es importante proporcionar al organismo los nutrientes que necesita para rendir bien, sobre todo
proteína de calidad y antioxidantes.
En muchas ocasiones la salud física puede estar influenciada por las alteraciones emocionales que
puedas sufrir. Tu estado emocional puede influir en la toma de decisiones en cuanto a elegir o comer de
manera descontrolada alimentos insanos (hiperazucarados e hiperpalatables) o a consumir alcohol
compulsivamente. De manera inconsciente estás castigando a tu cuerpo por algo que no sabes bien
identificar y por supuesto esto repercute en tu salud. Por otra parte, una mala gestión del estrés o la
ansiedad altera tu microbiota intestinal (cerebro e intestino están conectados por un nervio) y por ello
existe más riesgo de padecer ciertas enfermedades. En la salud digestiva no sólo influye la
alimentación, sino también el ejercicio y la gestión del estrés.
Aprende a gestionar tus emociones, puede que este sea uno de los aspectos que más nos cueste
identificar y decidir tratar. Si sientes una constante sensación de malestar, estrés o ansiedad te sugiero
que te pongas en contacto con un psicólogo. Hacer terapia y sanar es maravilloso.
Descansa y duerme las horas necesarias. Es imprescindible para el buen funcionamiento mental que tu
organismo se repare durante la noche. Un mal patrón del sueño puede alterar las hormonas
relacionadas con el hambre y la saciedad.
Invierte tiempo en ti. Los autocuidados son imprescindibles. Si no nos sentimos bien con nosotros
mismos, no podemos estar en paz con los demás. Cuida tu diálogo interno.
La salud, bienestar y felicidad van a depender del cuidado que tengamos con nuestra manera de
alimentarnos, nuestra mente y alma.
Y para ti, ¿qué significado tiene la salud?